Una de las técnicas de adiestramiento que más han supuesto una revolución en el mundo del adiestramiento ha sido el uso de las técnicas positivas para lograr objetivos.
Altamente difundido y con una buena sustentación teórica ha tenido, rápidamente, un importante crecimiento dado que para un adiestrador es más fácil conseguir convencer a su cliente diciéndole que no tendrá ningún tipo de huella emocional el animal con este método.
Y hay que reconocer que así es. Es totalmente inocuo, no supone ninguna molestia al animal; no se usan métodos aversivos como collares de pinchos, cordinos de ahorque, collares eléctricos…
Además de sus ventajas emocionales para el animal y económicas para el adiestrador, como ya dije antes, tiene una buena sustentación teórica que trataré de dejar reflejado a continuación.

En el adiestramiento en positivo no se castiga al animal tratando de reforzar las conductas apropiadas con premios y objetos de su interés.
Para ilustrarlo con un ejemplo: imaginemos un perro que no para de ladrar: la técnica consistiría en ignorarle hasta que deje de ladrar y, cuando lo haga, hablarle de un modo agradable, acariciarle, jugar con él o darle un bocado de algo sabroso. Lo mismo serviría para un perro que se sube encima, que se orina, que molesta… etc.
Las ventajas de este método son bastante aplicables en adiestramiento (llamémoslo educación) pero tiene algunas contrapartidas.
La primera es la duración en el tiempo. Volviendo al ejemplo del perro que ladra: si un perro ladra, nadie es feliz, ni el perro, ni los dueños, ni los que aguantan el molesto modo de comunicar su malestar del animal.
Por otro lado, en el caso de una conducta tremendamente inadecuada como es el caso de un perro que tenga miedo o sea agresivo, no serviría ya que la gestión emocional merece ser tratada y no esperar a que se pase sola.
En este sentido: imaginemos un perro agresivo que no tolera que ningún perro se le acerque, cuanto antes atajemos la situación será mejor para todos.
¿En qué caso sería ideal el adiestramiento en positivo? –
Desde mi punto de vista, el mejor momento para introducir las técnicas de educación en positivo sería con perros estables y adiestrados es el método ideal. Si acabas de adoptar un perro de un refugio, tienes un perro con miedos, ansiedad o agresividad… Mi recomendación es que tiendas hacia el adiestramiento cognitiva emocional y – por supuesto – al trabajo de salud emocional.
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