
Muchos clientes me dicen que cuando ponen el bozal a su perro, éstos entran en una especie de indefensión y no quieren caminar, se tumban, se entristecen, tratan de quitárselo, sufren… Esto se debe a una inadecuada postivización del elmento.
Tanto si su uso es obligatorio en tu lugar de residencia, como si vas a viajar en un transporte público, una visita al veterinario, un traumatismo o, si tiene tendencia a morder… Debes enseñarle a llevar bozal.
¿Cómo conseguir que no le resulte un elemento aversivo?
Lo primero es saber cuál es el bozal adecuado para nuestro perro. En el mercado existen multitud de variedades: más alargados, más robustos, de tela, de plástico… Lo suyo es que el perro pueda beber, jadear, le resulte cómodo e, incluso, podamos darle comida a través de él.

En el caso de que tu perro no necesite llevar bozal, podemos optar por los modelos de tela o nylon o también de cesta normal, ya que el uso del bozal será algo momentáneo:
Pasos a seguir para la positivización del bozal:
La mejor manera de conseguir una buena positivización de cualquier cosa es mediante el juego o asociándolo a situaciones agradables y relajantes (esto vale también para nosotros). Si usamos el juego como elemento motivador, lo haremos del siguiente modo:
- Acercamos el bozal para que lo huela, lo toque con el hocico, etc. y premiamos cuando lo haga
- Al cabo de unos días de hacer esta especie de target, empezaremos a darle de comer usando el bozal como cuenco para la comida. Al principio le costará un poco, pero con el tiempo lo hará de forma natural. Si no lo conseguimos, volvemos al punto 1.
- Cuando ya coge premios de dentro, pasamos a introducir el hocico en el bozal si abrochar y sacarlo dándole el premio, a continuación.
- Si ya nuestro perro lleva el bozal sin abrochar de manera natural y lo tolera, intentaremos abrochárselo. Siempre sin dejar de premiar.
- A partir de aquí empezamos a trabajar con tiempos. Al principio unos segundos, luego un par de minutos, luego 5 o 10 minutos. Muy poco a poco, día a día vamos subiendo los minutos.
- Si ya tolera el bozal puesto en casa durante bastantes minutos, empezaremos a hacer paseos cortos con el bozal puesto.
Recordemos no parar de premiar y felicitar al perro durante todo el proceso. Para él es un elemento tremendamente aversivo y resultará tremendamente positivo contar con nuestra complicidad en el proceso de adaptación.
Por último sólo me queda decir que debéis tener mucha paciencia, hay perros a los que les cuesta mucho y otros se adaptan en seguida.
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