El Juego social entre perros

El juego es fundamental en perros adultos y cachorros, a los pequeños les vale para aprender y a los mayores a socializar con sus amigos y otros perros, además de con nosotros. En este artículo vamos a intentar explicar brevemente y de un modo claro y sencillo como es el lenguaje gestual equilibrado en una interacción sana en el juego social entre perros.

perros jugando de modo equilibrado

Cuando un perro quiere jugar, suele invitar al otro con una señal de reverencia, en la que baja los cuartos delanteros, dejando arriba los traseros en un gesto rápido que – generalmente – el otro entiende y empieza la persecución o la “pelea” entre ambos. En determinadas ocasiones parece (en algunos perros) que se está invitando a la confrontación por lo ruidosos que pueden llegar a resultar.

Se suele dar, en un juego equilibrado, un intercambio de posiciones, en la que uno y otro van alternando la posición de dominancia y sumisión. Si siempre es uno el que ejerce el rol dominante, vemos que hay una disonancia. Si uno se pone panza arriba mostrando sus partes más vulnerables, en una situación de juego, esto es poco común en una situación de confrontamiento. Si no se producen estos cambios de rol, uno se estará divirtiendo y el otro no. En ocasiones deben parar y liberar el estrés que el juego les provoca, si no lo hacen, pueden subir el nivel y llegar al confrontamiento. La liberación debe ser lo más inmediata posible.

Esta posición de la que estamos hablando se produce de forma totalmente voluntaria por parte de los perros. No tiene un carácter de humillar y someter al otro perro. 

Otras señales que manda un perro cuando quiere jugar con otro son: Tocar con la pata, ladrarle, rodearle, acecharle.

Durante el juego debemos observar las señales que están haciendo para que no suba mucho el nivel y acaben teniendo una pelea. Estas señales son: la boca está relajada (no fruncen el ceño); el gruñido no suena gutural (como cuando es señal de amenaza).

Si se llega a observar que el juego sube el tono y puede llegar a ser peligroso, se debe intervenir inmediatamente, sin regañar ni enfadarse: ofreceremos al perro otra opción, jugaremos con él, le distraeremos con algo y, cuando se calme, le dejaremos que siga jugando.

En el video podemos ver como los dos perros se intercambian los roles, usan las patas para provocarse, no usan los dientes como arma, se acercan siempre de lado y, cuando se cansan, dejan de jugar.