Miedo a los petardos y fuegos artificiales

¿Tu perro tiene miedo a los petardos y fuegos artificiales?, ¿Ves como el pobre animal se esconde o se pone a temblar cuando llegan las dichosas festividades en las que la gente hace explotar los dichosos cohetes?

En las ciudades y pueblos hay momentos del año en los que, con motivo de las fiestas patronales, la Navidad o la excusa que sea, se utilizan cohetes y petardos como método de «diversión». Nunca he entendido muy bien que sentido tiene hacer ruido ensordecedor como método de entretenimiento pero, partiendo de la premisa de que no es ilegal y que tenemos que adaptarnos a vivir en sociedad, vamos a ver de qué manera afectan estos ruidos a nuestros perros y qué podemos hacer.

Según animal-ethics los daños que ocasionan en nuestros animales los petardos y cohetes (además de ruidos estruendosos que seamos capaces de generar) son: Daños físicos a los aparatos auditivos; Miedo y estrés; y, además, Efectos nocivos por partículas químicas.

En el caso de los perros, sus oídos son extremadamente sensibles, ya que son capaces de percibir tres veces más frecuencias de sonidos que los humanos. Ante la imposibilidad de escapar de esos sonidos, se genera en ellos estrés, miedo, agobio, ansiedad…. Emociones que no suelen ser capaces de encauzar. Las reacciones más comunes son: paralización, escapar, esconderse y/o temblores. Ante la imposibilidad de encauzar este miedo, como podríamos hacer los humanos, dado que no tienen desarrollada esa capacidad de respuesta cognitiva, podemos imaginarnos el sufrimiento del animal.

Vamos a hacer dos planteamientos de solución: el primero es trabajar paulatinamente cuando podamos disponer de distancia en el tiempo; el segundo método consiste en mitigar esa ansiedad con tratamiento cuando ya estamos en la fecha de los estruendos.

Primer caso – trabajar paulatinamente:

Previendo que hay épocas del año significativas (por ejemplo la navidad) en las que sí o sí, vayamos donde vayamos habrá petardos, nuestras medidas irán enfocadas a ir acostumbrando al perro paulatinamente a sonidos estruendosos de menor intensidad para, paulatinamente, ir subiendo su potencia.

Estos ejercicios hay que hacerlos con mucha distancia en el tiempo (bastantes meses). Planteamos ir acostumbrando al perro durante los paseos relajantes a algunos ruidos de muy baja intensidad para ir paulatinamente aumentando. Las dos variables a manejar son la distancia y la intensidad

Ejercicio 1 – PALMADAS –

Durante el paseo, a distancia vamos dando alguna palmada y actuamos como si no pasara nada cuando el perro nos mire. Con el tiempo, nuestro perro se habrá acostumbrado a esas palmadas y podremos irnos acercando un poco a ellos y seguir paulatinamente. Si observamos que el perro se inquieta demasiado, habrá que golpear más flojo o alejarnos más.

Ejercicio 2 – PETARDOS DE CONTACTO –

petardos de contacto o ajitosSon esos petardos que estallan al chocar contra el suelo. Sólo cuando el perro ya esté trabajado y no se inquiete con las palmadas, empezaremos a utilizar este sistema. Debemos empezar por los más suaves, los que menos ruido hagan.

Haremos lo mismo, durante el paseo relajante del perro, a mucha distancia lanzaremos lejos del perro alguno de estos petardos. Si vemos que se inquieta tendremos que usarlos desde más lejos. La idea es que el perro siga haciendo su paseo relajante de olfatear sin alterarse. Aquí es muy importante la observación del animal y leer sus reacciones.

A medida que vaya acostumbrándose a estos ruidos podremos – paulatinamente y poco a poco – ir acercándonos al animal. Este trabajo debe llevarnos algunas semanas.

Cuando el perro esté muy acostumbrado a estos petardos de contacto podremos empezar con unos de mayor intensidad y empezando por una distancia larga. Repetiremos el proceso

IMPORTANTE

Tanto con el ejercicio 1 como con el 2 debemos recordar trabajar en distancia; estar muy atentos a las reacciones del animal; tener presente siempre hacerlo en momentos en que el perro esté relajado y parar siempre que veamos alteración en él.

Segundo caso – Tratamiento –

Si ya te ha pillado el toro y las fiestas están aquí, todo lo visto anteriormente no sirve. Si no puedes ir a sitios tranquilos y sin ruidos durante este tiempo, tendrás que acudir a un profesional y que te ayude a hacer una gestión emocional de urgencia con tu perro.

Esta gestión, en ocasiones, consiste en medicar al perro para que esa ansiedad se reduzca lo máximo posible para ello hay que acudir al veterinario y contar con el apoyo de un profesional comportamentalista.

Gestión del espacio

Es conveniente preparar una zona donde el perro se sienta seguro y vaya a ella, por ejemplo su chenil. Este chenil se puede, a su vez, proteger con mantas para minimizar el ruido lo máximo posible. Todas las alternativas que podáis añadir aquí serán buenas para el perro (insonorizar habitación, etc.).

 

Si te ha gustado este artículo, no dudes en compartirlo.
facebook – youtube – pinterest

Problemas de socialización con otros perros

Es posible que tu mascota se altere mucho cuando vea a otros perros y se ponga a ladrar como un loco. En algunos casos, hay perros, que gestionan muy mal la relación con otros de su especie llegando, incluso a la violencia. Esto se agrava según la época del año, la raza, lo posesivo que sea, si está en un recinto cerrado, si está sujeto, si es dominante, si es celoso, si hay hembras, si está con otros machos. También se ven estos problemas cuando se trata de dos machos o de dos hembras; aunque en algunos casos, es indiferente y, el perro agresivo, no discriminta.

La situación se agrava aún más cuando esta agresividad se traslada a personas. Hay muchos perros que cuando ven pasar a un corredor, ciclista, patinador, etc., se ponen como locos a ladrar o a perseguir pudiendo llegar a ocasionar un accidente.

¿Qué podemos hacer si nuestro perro muestra cualquiera de estos serios problemas de socialización?

Sin ánimo de ser reiterativos, lo principal es descartar cualquier daño fisiológico o neurológico (visitar al veterinario) y contratar los servicios de un profesional que le haga una buena gestión de modificación de conducta.
No obstante, hay algunas cosas que sí podemos hacer para paliar o reducir estos comportamientos tan desagradables.

1. Ejercicio

El ejercicio diario y abundante es fundamental para nuestra mascota. Al estar activo, se cansará y tendrá menos ganas y motivos de estar pendiente de otros perros. El deporte es bueno para personas y animales y, si no puedes dedicarle el tiempo que necesita, siempre puedes contratar a alguien que lo pasee por ti. Según la raza y tamaño del perro, la actividad física debe aumentar. Si tienes un perro grande, deberás sacarlo al menos un par de horas al día a la calle.

2. Olfato:

Los ejercicios de olfato son fundamentales en toda la vida de cualqueir raza de perro. Si es joven como si es senior, se trata de su sentido más desarrollado. Se podría decir que ellos ven por el olfato. En algunas razas, incluso, es raro verles con la nariz fuera del suelo.

Las técincas para trabajar el olfato son ilimitadas pero te podemos dar algunos consejos como esparcirle comida por el cesped, comprar alfombras de olfato, apagar todas las luces y ponerle comida en el suelo para que le encuentre, esconderle su ración de comida y que la busque…

Si quieres más información sobre el trabajo de olfato visita este artículo que publicamos en coachingdogs

3. Adiestramiento en obediencia

Es fundamental que el perro te obedezca cuando le llames, de este modo, aunque se ponga nervioso y quiera atacar a otros perros, el mero hecho de que tú le des la instrucción adecuada, hará que salga de esa situación.

Por ejemplo, si tu perro se tira a por los ciclistas, le llamas y le obligas a ir a tu lado hasta que el ciclista se aleje. Así el perro entenderá, que lo que tiene que hacer es lo que tú le mandas y no lo que su innatismo o su mal carácter le empujan a hacer.

4. Trabajos específicos de relación con otros perros

Estos deben ser supervisados por un profesional pero, a groso modo, se trata de enfrentar (con mucha distancia) al perro a aquella situación que lo altera e ir, paulatinamente, reduciendo esa distancia hasta que se vaya sintiendo más cómodo con la presencia de lo que le pone tan nervioso.

En muchos casos será necesario que haya una valla de seguridad en medio y dotar de todos los medios para evitar accidente (bozal, correa al cuello del perro, etc.).

Si te ha gustado este artículo, no dudes en compartirlo. Para más información, contacta con nosotros o síguenos en nuestras redes sociales:
facebook – youtube – pinterest